Entre los principales desafíos para la seguridad internacional en el s. XXI se encuentran el declive de Occidente y el auge de China. Este artículo analiza de forma comparada las debilidades de Occidente y las debilidades que alberga el ascenso de China para, de este modo, dilucidar en qué medida el gigante oriental tiene posibilidades reales de hacerse con la hegemonía mundial. Esto es hecho a través del estudio de las principales tendencias económicas y demográficas que imperan tanto en el mundo occidental como en China, lo que sirve para aclarar la dimensión real del desafío que representa el auge de esta potencia.