Pablo López López
Dada su común matriz sapiencial, conviene reconocer la afinidad entre filosofía y religión, teología incluida, y cultivar su mutuo entendimiento y cooperación. Así, sin confusión entre ellas, se entenderán mejor a sí mismas, y servirán más a la humanidad y al conjunto de la cultura. Para ello, desde las categorías de “filosoficidad”, “religiosidad” y “religación” afinemos nuestra captación de la presencia de lo auténticamente filosófico y religioso. De tal modo, comprenderemos las religiones como filosofías y las filosofías como religiones. Igualmente, filosofaremos con cuidado religioso, y la religiosidad adquirirá amplitud filosófica.