Ana Lago Moreda
Al estrés le persigue una sombra oscura que empaña su nombre, todo el mundo cree conocerlo, aunque pocos de verdad lo hacen. Ni bueno ni malo, sino necesario en su justa medida. Distinguir cuáles son las causas que lo originan es la clave para poder gestionarlo correctamente. No consiste en erradicarlo de raíz, ni bloquear su entrada, sino en saber cómo convivir con este mecanismo que, nos acompaña desde nuestros orígenes y, que es necesario para alimentar la productividad y motivación de los empleados.