En esta nota se examina la hipótesis de que las ciudades mexicanas siguen la ley de Zipf, la cual establece que si se ordenan las ciudades de un país (o región) de acuerdo con su tamaño poblacional, entonces el rango de cada ciudad multiplicado por su tamaño produce siempre la misma constante. En este trabajo se afirma que tal ley no es aplicable al caso mexicano, y también se arguye que muchos estudios que pretenden mostrar que tal ley se aplica para otros países carecen de fundamentos estadísticos sólidos.