Reforma laboral: mucho ruido y pocas nueces. Eso sí, las necesarias e importantes. Ni más ni menos. Por tanto, en primer lugar, ha de felicitarse a los verdaderos protagonistas del acuerdo alcanzado. Un acuerdo realista, equilibrado y, tras más de dos años de idas y venidas, satisfactorio para los intereses de todos, trabajadores y empleadores.