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Este artículo pretende evidenciar que el arte de Francisco Bassim es político, tomando en consideración que puede ceñirse al régimen mimético/representativo establecido por Rancière y al arte militante o de compromiso de acuerdo a lo expuesto por Nelly Richard. Además, representa una de las características más interesantes del cinismo de la antigua Grecia: decir y presentar la verdad sin piedad, hasta el punto de llegar a incomodar; contraria a la acepción del cinismo en la actualidad que nuestra cultura interpreta como la capacidad de mentir sin ningún tipo de vergüenza y de defender actos reprochables. Percibo a Bassim como un representante del cinismo de la Antigua Grecia en la contemporaneidad, porque es un hombre que se considera un anarquista que, de manera franca, con sarcasmo y desparpajo, muestra a través de su arte lo que él asume como una verdad incómoda: la actuación de los políticos venezolanos a quienes responsabiliza de la crisis política, económica y moral que se ha profundizado en Venezuela durante los últimos cinco años.
This article intends to show that the art of Francisco Bassim is political, taking into consideration that it can adhere to the mimetic / representative regime established by Rancière and to militant or compromised art according to what Nelly Richard has shown. Besides, represents one of the most interesting characteristics of the concept of Cynicism from ancient Greece: to speak and present the truth without mercy, to the point of becoming uncomfortable; contrary to the meaning of cynicism today that our culture interprets as the ability to lie without any shame and to defend reprehensible acts. I perceive Bassim as representative of the concept of Cynicism from Ancient Greece but in contemporary times, because he is a man who considers himself an anarchist who, with sarcasm and self-confidence, honestly shows through his art what he assumes as an uncomfortable truth: the actions of Venezuelan politicians whom he blames for the political, economic and moral crisis that has deepened in Venezuela over the past five years.
