En Alemania numerosos ayuntamientos han decidido operar en el mercado de las telecomunicaciones como empresarios conforme a lo dispuesto en la Ley de Telecomunicaciones (en adelante TKG) de 25 de julio de 1996, lo que ha dado lugar al establecimiento de nuevas empresas de capital íntegramente público y otras con participación de socios privados. Sin embargo, la concurrencia con otras empresas de servicios y redes de telecomunicaciones de titularidad privada ha provocado controversias y problemas que apuntan en el fondo a los procesos de liberalización y privatización, incapaces de garantizar todavía un régimen de concurrencia y competencia efectiva.