Este texto plantea diversos retos para la elaboración de una Pedagogía adaptada el futuro. Por un lado, cuestiona críticamente que los principios de la Escuela Nueva estén siendo recogidos y aplicados a través de escuelas alternativas, de carácter privado, dejando para la escuela pública la rutina pedagógica y el inmovilismo metodológico. El autor hace referencia a lo que denomina los antipedagogos que están a favor de los métodos tradicionales impositivos y, por otro, los hiperpedagogos que son partidarios de una educación por la libertad y para la libertad. El texto plantea la necesidad de volver a un sentido profundo de la Pedagogía, a un equilibrio entre la educabilidad y la libertad. Si consideramos la Pedagogía como un saber para la creación de situaciones educativas ya no estamos en una oposición de confrontación entre autoridad y libertad, entre la limitación y el capricho. Estamos en el punto de investigar las limitaciones que favorecen la libertad, las limitaciones fecundas. El texto plantea también la necesidad de que la Pedagogía se aleje de los planteamientos inmovilistas y unilaterales del cientificismo que olvida la diferencia entre la verdad de los conocimientos y la verdad de las acciones humanas. Las acciones humanas están sujetas a una orientación de valor que provienen de los fines, no sólo de la ciencia. Una Pedagogía exclusivamente centrada en la tecnología o en el desarrollo futuro de las neurociencias contribuye decisivamente a la amnesia pedagógica, a que los educadores abandonen la necesidad de formarse en la historia de la educación y en la valoración ética de los fines de la formación humana y de la convivencia social democrática. Por eso el texto propone que la Pedagogía del futuro debe buscar la elaboración de espacios educativos de resistencia, espacios de desaceleración, centrados en el desarrollo de la atención del alumnado, en el placer por aprender y en practicar la solidaridad y la construcción de lo común.
This text poses various challenges for the elaboration of a Pedagogy adapted to the future. On the one hand, it critically questions that the principles of the New School are being collected and applied through alternative schools, of a private nature, leaving the pedagogical routine and methodological immobility for the public school. The author refers to what he calls the anti-pedagogues who are in favor of traditional tax methods and, on the other hand, the hyperpedagogues who are in favor of an education for freedom and for freedom. The text raises the need to return to a deep sense of Pedagogy, to a balance between educability and freedom. If we consider Pedagogy as knowledge for the creation of educational situations we are no longer in a confrontational opposition between authority and freedom, between limitation and whim. We are at the point of investigating the limitations that favor freedom, the fertile limitations. The text also raises the need for Pedagogy to move away from the immobile and unilateral approaches of scientism that forgets the difference between the truth of knowledge and the truth of human actions. Human actions are subject to a value orientation that comes from ends, not just from science. A pedagogy exclusively focused on technology, or the future development of neuroscience contributes decisively to pedagogical amnesia, to educators abandoning the need to train in the history of education and in the ethical assessment of the purposes of human formation and of democratic social coexistence. That is why the text proposes that the Pedagogy of the future should seek the development of educational spaces of resistance, spaces of deceleration, focused on the development of the student's attention, on the pleasure of learning and on practicing solidarity and the construction of the common.