Aura Esther Vilalta Nicuesa
Resulta inaplazable el tránsito hacia la plena digitalización para lograr una justicia abierta, relacional, resiliente, eficiente, comprometida con las necesidades reales de las personas, en particular las que padecen algún grado de discapacidad o vulnerabilidad, y que aproveche todo el potencial de las herramientas de vanguardia, dentro del pleno respeto de los derechos fundamentales. La implantación del futuro espacio “Mi justicia electrónica” que la Comisión Europea demanda a todos los Estados Miembros como punto de entrada a los servicios de justicia de ámbito nacional en el Portal Europeo de e-Justicia es el punto de arranque del futuro modelo de justicia digital. Su impacto bidimensional - en acceso y proceso - plantea cuestiones de calado en orden a garantizar los principios y valores en juego. Este trabajo, de carácter necesariamente seminal, apunta ya algunas cuestiones problemáticas en sus dos esferas, identifica principios y valores a preservar y adelanta los retos más señalados que España debe arrostrar en los próximos años.