Barcelona, España
Hace ya cincuenta años (corría el año 1970) cuando la misma persona que ahora me invita a estar en este número monográfico de la Revista ministerial, el Prof. Dr. L. Enrique de la Villa Gil, flamante Catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad de Valencia, me sugirió que investigara, para mi tesis Doctoral sobre la Jornada de Trabajo.
Y desde entonces me he enfrentado al tema en infinidad de ocasiones. Como suelo decir, o decía cuando estaba aún en activo, mis temas preferidos eran algunos bastante temporales:
la jornada de trabajo, los contratos temporales y la incapacidad temporal. Otra cosa es que los temas jurídicos tengan una suerte de plazo de caducidad más o menos largo. En estos más de cincuenta años he vividos muchísimos cambios legales y jurisprudenciales de todo tipo y, cuando escribo esto nos hallamos sumidos bajo los efectos de la maldita pandemia que ha producido una desenfrenada necesidad de legislar sobre todos los temas habidos y por haber (baste con repasar los BBOOE de los meses de marzo y abril de 2020), sabiendo y esperando que dicha normativa caducará cuando la pandemia acabe.
Pues bien, a lo que íbamos. Ya en la parte histórica de la Tesis doctoral, de la cual dejo constancia en el trabajo que ahora presento, me tuve que topar necesariamente con el Primer Convenio de la OIT, recién nacida ésta, el Convenio sobre las horas de trabajo (industria), 1919, que fue aprobado, no en Ginebra, sino en Washington, en octubre del citado año, y en su primer punto del orden del día. Se trataba de poner la primera piedra del gran edificio que llegaría a ser la OIT, dando una muestra de apoyo y reconocimiento a la más importante reivindicación obrera: la jornada de ocho horas diarias y de 48 horas semanales (seis días de trabajo), para facilitar una vida digna de los trabajadores con posibilidades para poder disfrutar no sólo del descanso, sino de la vida familiar y social (los famosos tres ochos). No debemos ni podemos olvidar la cantidad de millones de obreros que murieron por causa de la Primera Gran Guerra Mundial (la auténtica carne de cañón) y de algún modo había que recompensar, aparte del temor a lo que ocurriera ya en 1917 con la Revolución rusa y que pudiera expandirse por el resto del mundo. No es momento de entrar aquí y ahora en esta historia apasionante, que está detrás de los muchos convenios que he tenido la oportunidad de revisitar sistemáticamente.
¿Cómo se ha elaborado este trabajo? Partiendo del centenario de la OIT (19119/2019) me ha sido muy grato se me invitara a llevar a cabo esta investigación sistemática, desde 1919 hasta nuestros días, en los siguientes campos: la duración del tiempo de trabajo (lo que diríamos la jornada de trabajo), el trabajo nocturno con especial referencia al trabajo nocturno de las mujeres y de los menores de edad, el descanso semanal y las vacaciones.
Debo decir que sobre esta materia se han ido aprobando hasta 27 Instrumentos desde 1919, aparte de todos los referidos al trabajo en el mar en sentido amplio [advierto que no he entrado en el MLC, 2006-Convenio sobre el trabajo marítimo, pues de cuanto se refiere al trabajo en el mar ya se ocupó muy extensamente esta misma Revista en su núm. 82 (2009) monográfico, con 17 estudios sobre el Convenio de la OIT de 2006, no procediendo por ello abundar en lo ya realizado, pues se trató allí todo cuanto se relacionaba con el tiempo de trabajo en el mar. Vid. in extenso mi estudio, Horas de trabajo y descanso en el trabajo en el mar. (Exposición sistemática a partir del Convenio sobre el Trabajo Marítimo, 2006), Revista del Ministerio de Trabajo e Inmigración. Derecho Social internacional y comunitario, 2009, núm. 82, pp. 245-290]. De esos Convenios de la OIT muchos ya han sido derogados, superados, retirados o revisados a lo largo de estos años, y de ello se da cuenta en cada momento y lugar de este estudio. Cabe recordar que sobre toda esta temática existen, además, s.e.u.o 24 Recomendaciones, de las cuales se da cuenta igualmente a lo largo de la investigación, siquiera sea a pie de página dada su extensión.
Teniendo en cuenta esos cuatro bloques temáticos he llevado a cabo un estudio sistemático guardando el riguroso orden cronológico en el que fueron apareciendo los distintos convenios de la OIT: tiempo de trabajo, trabajo nocturno, descanso semanal y vacaciones. En cada uno de estos bloques he tratado de localizar todos los convenios y recomendaciones aprobados hasta nuestros días, y los he colocado sistemáticamente aunque hubieran sido ya derogados, superados, retirados o revisados. Obvíamente no he entrado en profundidad en los ya no aplicables, pero he seguido su estela. En todo y cada uno de los convenios sin excepción he agregado el número de ratificaciones por Estado, dando cuenta de las ratificaciones de España de la inmensa mayoría, no de todos.
Revisar los países ratificantes y no ratificantes de los convenios del tiempo de trabajo te da una buena idea de los países que están o no están por la labor de la protección de la parte más sensible de la vida laboral: el tiempo de trabajo y los descansos de la clase obrera en sentido amplio, aunque en no pocas ocasiones para no tener que aplicar las restricciones del tiempo de trabajo los empleadores fuerte prefieren desplazar sus inversiones a aquellos países del sudeste asiático que ni ratifican ni aplican límites en el tiempo de trabajo, con lo que se produce a distancia un dumping social tremendo (una competencia desleal sin freno que ha acabado con gran parte del tejido industrial en muchas zonas europeas donde si se respetan los derechos a una jornada de trabajo limitada y demás derechos de los seres humanos), de efectos devastadores.
Prácticamente el itinerario de los convenios y recomendaciones es más o menos el mismo:
1º) el campo de aplicación funcional o sector amplio o restringido que va a ser objeto de regulación, con sus posibles ampliaciones y excepciones; 2ª) el campo de aplicación personal:
o sea, sujetos protegidos, con ampliaciones y excepciones; 3º) el tipo de derecho, o en otras palabras, lo que pretende en cada caso cada convenio que hagan los estados ratificantes; 4º) la aclaración de una serie de conceptos en los diferentes convenios; 5º) ver de qué modo los estados ratificantes pueden llevar a cabo el contenido material del convenio en cuestión:
vía legislativa, vía convenio colectivo, o los laudos arbitrales o las decisiones judiciales, o por cualquier otra vía procedente y compatible con la práctica nacional; 6º) análisis de los casos de fuerza mayor de todo tipo, que alteran temporalmente la aplicación del convenio en cuestión; 7º) el respeto a las normas o condiciones más favorables existentes en cada país;
8º) la verificación de consultas con los representantes legales de trabajadores y empresarios (allí donde los hubiere) antes de adoptar los distintos reglamentos legales de desarrollo; 9º) el papel de la Inspección de Trabajo y la posibles sanciones por las conductas ilegales; 10) los carteles y los Registros para dar publicidad a los horarios y para controlar la jornada realizada y las posibles horas extraordinarias;11) el impacto del clima, etc.
Obvíamente, el paginado propuesto solamente me ha permitido llevar a cabo una mirada sintética sobre la problemática de tantos convenios y recomendaciones, pues cualquiera de los cuatro temas hubiera podido constituir de modo independiente otro campo de análisis, pudiendo en tal caso, quizá, acercarse a las profundidades de las actas de la Conferencia y ver con más detalle los entresijos de cada convenio y/o recomendación, pues son auténticos nichos de investigación, como lo fue en su día el trabajo en el mar.
Ha sido muy interesante comprobar como algunos grandes e interesantes convenios o no han sido ratificados por ningún Estado o han tenido tan pocas ratificaciones que jamás entraron en vigor y han sido derogados o superados. Sería interesante conocer las razones de todo esto, aunque ya desde 1919 se vino a decir que más que ratificar algunos países avanzados preferían avanzar por su cuenta y por la vía de los convenios colectivos, especialmente en países muy industrializados como Alemania.
Y también es muy interesante haber podido comprobar como países tan poderosos como China solamente ha ratificado 26 convenio sobre casi 200, y en la materia que nos ocupa exclusivamente el nº 14, de 1921, de descanso semanal en la industria (ratificado en 1934), y en 2015 el MLC 2006, Convenio sobre trabajo marítimo.
It was fifty years ago (it was in 1970) when the same person who now invites me to be in this monograph issue of the Ministry Magazine, Prof. Dr. L. Enrique de la Villa Gil, the brilliant professor of Labour Law and Social Security at the University of Valencia, suggested that I investigated, for my PhD thesis on Working Day. And since then, I have faced the issue on countless occasions. As I usually say, or used to say when I was still active, some of my favourite topics were somewhat temporary: Working day, temporary contracts and temporary incapacity. Another thing is that legal issues have a kind of longer or shorter expiration time. In these more than 50 years I have lived through a lot of legal and jurisprudential changes of all kinds and when I am writing this, we find ourselves submerged under the effects of the damned pandemic that has produced an insatiable need to legislate on every issue (you just have to review the publications of the Spanish Official Gazette of March and April 2020), knowing and hoping that this regulation will expire when the pandemic is over.
Well, let’s get back to the point. As mentioned in the historical part of my PhD thesis, which I refer to in the paper that I present now, I necessarily encountered the ILO’s First Convention, the newborn ILO Convention, the Working Hours (Industry) Convention, 1919, which was adopted, not in Geneva, but in Washington, in October of that year, and at its first item on the agenda. It was about laying the foundation stone of the grand building that would become the ILO, showing support and recognition for the most important labour claim: The eight-hour working day and 48 hours a week (six days of work), in order to facilitate a decent life for workers and to be able to enjoy not only the rest, but also family and social life (the famous three eights). We must not and cannot forget the millions of workers who died due to the First World War (the real cannon fodder), and somehow, they had to be rewarded, apart from the fear of what happened as early as 1917 with the Russian Revolution and that could spread to the rest of the world. This is not the time to talk about this exciting story, which is behind the many Conventions that I have had the opportunity to systematically revisit.
How has this work been developed? Starting with the centenary of the ILO (1919/2019), I am very pleased to have been invited to carry out this systematic research, from 1919 to the present, in the following fields: the length of working time (what we would call “working hours”), night work with special reference to night work by women and minors, weekly rest and holidays. I must say that up to 27 instruments have been adopted in this field since 1919, apart from those related to maritime labour in a broad sense [I am not going to deal with the Maritime Labour Convention (MLC, 2006), since this topic was already extensively covered in this Journal in its Monograph Issue No. 82 (2009), with 17 studies on the ILO Convention of 2006, so it is not necessary to deepen into what has already been done, since everything related to maritime working time was discussed there. Vid. in extenso my study “Working Hours and Hours of Rest in Maritime Labour” (Systematic Presentation from the Maritime Labour Convention, 2006), Journal of the Ministry of Labour and Immigration. International and Community Social Law, 2009, No. 82, pp. 245-290]. Many of these ILO Conventions have already been repealed, superseded, withdrawn or revised over the years, and this is evident at every time and place of this study. Errors and omissions excepted, it should be recalled that there are also 24 Recommendations on this subject, which is also reflected throughout the research, even as a footnote given its length.
In the light of these four subjects, I have conducted a systematic study in keeping with the rigorous chronological order in which the various ILO Conventions were published:
working time, night work, weekly rest and holidays. In each of these subjects I have tried to locate all the Conventions and Recommendations adopted up to date, and have consistently ranged them even if they have already been repealed, superseded, withdrawn or revised. Of course, I have not analysed the non-applicable ones in depth, but I have tracked them down. I have added the number of ratifications per State for each and every Convention without exception, accounting for Spain’s ratifications of the vast majority but not all. Revising the ratifying and non-ratifying countries for Conventions on working time gives you a good idea of the countries that are or are not in the process of protecting the most sensitive part of labour life: working hours and rest hours for the workingclass in the broad sense, although sometimes in order not to apply time restrictions, employers prefer to shift their investments to those South-eastern Asian countries that neither ratify nor enforce working time limits, leading to tremendous social dumping with devastating effects (a non-stop unfair competition that has destroyed much of the industrial network in many European areas if the rights to a limited working day and other human rights are respected).
Practically, the itinerary of Conventions and Recommendations is more or less the same:
1st) the field of functional application or broad or restricted sector to be regulated, with possible extensions and exceptions; 2nd) the field of personal application: i.e. protected subjects, with extensions and exceptions; 3rd) the type of right, or in other words, what each Convention expects from ratifying States; 4th) the explanation of a number of concepts in different Conventions; 5th) to see how ratifying States can carry out the material content of the concerned Convention: by legislation, by collective bargaining, or by judgement or judicial decisions, or by any other means appropriate and compatible with national practice; 6th) analysis of cases of force majeure of all kinds, which temporarily alter the application of the Convention in question; 7th) respect for the most favourable rules or conditions in each country; 8th) the verification of consultations with legal representatives of workers and employers (where they exist) prior to the adoption of legal development regulations; 9th) the role of the Labour Inspectorate and possible sanctions for illegal conduct; 10th) posters and Registers to advertise the schedules and to control the working hours and possible overtime; 11th) the impact of weather, etc.
Obviously, the proposed pagination has only allowed me to take a synthetic look at the problems of so many Conventions and Recommendations, since any of the four subjects could have independently constituted another field of analysis, in which case, perhaps, I could deepen into the proceedings of the Conference and see in more detail the interiors of each Convention and/or Recommendation, as they are authentic niches for research, as the Maritime Labour was in its day.
It has been very interesting to see how some great and interesting Conventions either have not been ratified by any State or have had so few ratifications that have never entered into force and have been repealed or superseded. It would be interesting to know the reasons for all of this, although it has already been argued since 1919 that more than ratifying, some advanced countries would prefer to move forward on their own and through collective bargaining, especially in highly industrialized countries, such as Germany.
And it is also very interesting to have been able to see how such a powerful country as China has only ratified 26 Conventions out of almost 200, and in the area we are discussing, we are dealing exclusively with No. 14 of 1921, Weekly Rest (Industry) Convention (ratified in 1934), and in 2015 MLC 2006, Maritime Labour Convention.