Madrid, España
Inmersos en el paradigma de los grandes desafíos, la esperanza en un seguro avance del conocimiento resulta un terreno repleto de incertidumbres. Ello se debe especialmente al abismo entre el saber experto y la ciudadanía y la elevada incertidumbre que tiene lugar en la propia actividad (tecno)científica. La sociedad de la información no es una sociedad del conocimiento: pese a que la (tecno)ciencia define gran parte de nuestras capacidades y posibilidades, nuestra cultura no es tanto una cultura (tecno)científica como (tecno)cientificada. Se intenta mostrar en qué consiste el problema epistémico-político que impide que los procesos de deliberación pública tengan transcendencia. También cómo las herramientas de la emergente sociedad open están generando comunidades de conocimiento que pueden ayudar a conformar una sociedad del conocimiento, en cuyo seno tales procesos puedan ser vinculantes.