Argentina
Para Fernando Aínsa la problemática identitaria responde a un doble proceso de reconocimiento y autoafirmación: un movimiento centrípeto, endógeno, vernacular, de repliegue hacia el interior, tradicional, donde prima el telurismo regionalista; una impronta centrífuga, exógena, urbano-portuario, con el relieve de un mosaico o troquel inclinado hacia la modernización. Se trata de dos visiones o fuerzas que han monopolizado pendularmente el devenir cultural del continente y que, lejos de haber sido sobrepasadas, resultan los garantes de la índole propulsora y viviente de la identidad. Otro de los tópicos claves de Ainsa radica tiene que ver con la utopía, la cual surge y se legitima, según él, a través de varios pasos: 1) en la reacción ante un orden insatisfactorio frente al análisis de la sociedad en cuestión, 2) en la propuesta de otro statu quo mejor y 3) en el accionar hacia esta última dirección. Ainsa va a emprender una indagación del género utópico clásico mediante cinco rasgos singulares: insularidad, acronía, autarquía, planificación urbanística y reglamentación.