Se analiza en este artículo las relaciones coactivas, simbólicas y de representación entre la política y la autocrítica ideológica de la estructura del poder socialista en el desarrollo y superación de la actual expansión globalizadora del Estado nación neoliberal. La concepción de una centralidad del poder como instancia reguladora de las relaciones societales permiten un ejercicio hegemónico del poder de forma represiva y cosificante, sin dejar espacios deliberativos a los discursos emancipatorios alternativos. Desde la teoría gramsciana del Estado se analiza este fenómeno del estatismo del poder, y se replantea la emergencia del sujeto revolucionario en sentido utopista. La conclusión apunta a una reorganización de la regulación normativa de la política a través de una praxis dialógica que privilegia la participación ciudadanas en los procesos deliberativos de la democracia directa.