Ryan Seebruck
Examino una faceta única del sistema de educación pública de Japón: jinji idou, un sistema de rotación de maestros obligatorio gobernado por la junta de educación de la prefectura donde los maestros son transferidos sistemáticamente a otras escuelas a lo largo de sus carreras para dotar de personal apropiado a las escuelas, facilitar trayectorias profesionales variadas y identificar futuros líderes para roles administrativos. Aunque no es un objetivo formal, este sistema centralizado también puedeproducir una distribución más equitativa de la calidad de los maestros entre las escuelas en comparación con el mercado laboral descentralizado de los maestros que se encuentra en las escuelas privadas. Debido a que este sistema está presente en las escuelas públicas y ausente en las escuelas privadas, comparar las diferencias sectoriales ofrece una mirada a su impacto en la distribución de la calidad de los docentes. Utilizando una muestra de 1.456 maestros agrupados en 49 escuelas, las pruebas de comparación de grupos públicos y privados indican que, para la mayoría de los rasgos de calidad de los maestros examinados, el sector público distribuye a los maestros de manera más equitativa. Además, el sector público tiene niveles medios más altos de calidad docente, lo que sugiere que los mercados laborales de la educación pueden estructurarse de manera que simultáneamente minimicen la variación entre escuelas sin obstaculizar la calidad, hallazgos relevantes para los académicos interesados en la igualdad educativa.
I examine a unique facet of Japan’s public education system: jinji idou, a mandatory teacher rotation system governed by the prefectural board of education where teachers are systematically transferred to other schools throughout their careers to appropriately staff schools, facilitate varied career paths, and identify future leaders for administrative roles. Although not a formal goal, this centralized system may also produce a more equal distribution of teacher quality across schools compared to the decentralized teacher labor market found in private schools. Because this system is present in public schools and absent in private schools, comparing sector differences offers a look at its impact on teacher quality distribution. Using a sample of 1,456 teachers nested in 49 schools, private vs. public group comparison tests indicate that, for most of the teacher quality traits examined, the public sector distributes teachers more equitably. Furthermore, the public sector has higher mean levels of teacher quality, intimating that education labor markets can be structured in ways that simultaneously minimize variation between schools without hindering quality, findings germane to scholars interested in educational equality