Pilar Díaz Sánchez
El artículo se apoya en el concepto de género para explicar que esta idea, aunque se utiliza mayoritariamente para estudiar el papel social de las mujeres, puede y debe usarse indistintamente para mujeres y para hombres y que es en el contraste de ambos géneros cuando cobra todo su sentido. Se fija en la empresa española Renfe, modelo de compañía masculina y masculinizada, para examinar la ocupación de su mano de obra atendiendo a varios criterios: las cualificaciones y un signo de identidad colectiva, como en el uniforme de los ferroviarios y de las mujeres que trabajan en la red. El análisis de género aplicado a las distintas profesiones que coexisten en Renfe cobra un nuevo sentido y explica cómo el interés en optimizar al máximo el rendimiento marca las líneas de comportamiento. Los distintivos de las gorras, guerreras, charrereras y emblemas son un recurso para destacar la masculinidad del trabajo. Por el contrario, los uniformes de las mujeres, un delantal y un pañuelo a la cabeza en el caso de las guardesas, refuerzan el modelo de género femenino. Los puestos mejor cualificados y remunerados son bloqueados alas mujeres, que veo sus posibilidades de progresión en la empresa muy mermadas.