Pascal Corazza
En el palmarés de los tráficos internacionales, el comercio ilegal de obras de arte ocupa el tercer puesto, tras el de la droga y las armas. Este sigue prosperando pese a la creación de unidades de investigadores especializados y la concienciación de lo que supone para los países saqueados. En Italia, se nutre de la actividad de estafadores bien relacionados y del blanqueo de obras por parte de expertos.