Los periodistas, objetivo de las autoridades argelinas y marroquíes, que no dudan en instrumentalizar la justicia para amordazarlos, se encuentran en la primera línea de la lucha por la democratización de su país. En Túnez, pese a la revolución de enero de 2011 y el fin de la censura instaurada por el antiguo régimen, el panorama mediático tiene dificultades para estructurarse y sigue sometido a presiones políticas.