Glòria Poyatos Matas
Los estereotipos de género refieren a la construcción social y cultural de hombres y mujeres en razón de sus diferentes funciones físicas, biológicas y sexuales, que asignan atributos y los roles que deben cumplir unos y otras (mujeres cuidadoras, hombres sustentadores…). El acto de estereotipar es de origen social y se construye a través del aprendizaje observacional, luego se integra en nuestro tejido perceptivo hasta el punto de no tener conciencia de ello, por lo que no lo diagnosticamos como un problema que requiera remedio legal o de otro tipo.
Los prejuicios son ilusiones cognitivas irracionales, percibidas como verdades absolutas, que siguen patrones sociales preestablecidos y determinan como debemos ser, en vez de reconocer quienes somos. Estereotipamos para definir la diferencia que facilite nuestra comprensión de un modelo más simple y para hacer un “guión de identidades” más manejable, pero estos mitos son pilares de las discriminaciones y cuando penetran en el sistema judicial lo distorsionan, perpetuando las asimetrías sociales entre hombres y mujeres. (...).