Raúl Magallón Rosa
La pandemia nos ha dejado tres ideas principales sobre las empresas tecnológicas: cada vez tienen un papel más importante desde un punto de vista político, cada vez hay más actores que las ven como un instrumento para lograr determinados fines y, por último, su capacidad para resolver sus propios problemas -desinformación, discurso del odio, polarización, etc.- es mucho más limitada de lo que inicialmente podríamos pensar.