Los autores analizan los convenios colectivos concluidos en la Unión Europea de 2008 a 2011 y su contribución a la política social (desempleo parcial, formación, moderación y flexibilidad salarial y organización flexible del trabajo). En el sector público, el clima de déficit creciente y austeridad ha cerrado el espacio de la negociación colectiva; en el privado, esta ha logrado (inicialmente) compaginar las exigencias de la competitividad con la protección del empleo y de los salarios en países con sistemas de negociación múltiple y coordinada, los únicos aptos, según los autores, para defender objetivos de política social. Sin ellos, las perspectivas parecen poco halagüeñas.