En la actualidad, la Administración pública está en proceso de transformación digital. En este escenario, la inteligencia artificial se delinea como la herramienta que podría cambiar el modelo de la actividad administrativa. Un cambio que precisamente debido a la introducción de soluciones tecnológicas (re)plantea la figura del empleado público. Asumimos que el estado actual de la inteligencia artificial parece no estar madura para afrontar una suplantación auténtica del funcionario público, sin embargo, es evidente que los algoritmos actuales pueden colaborar con la actividad humana. Debido a la posible penetración de sistemas algorítmicos cada vez más avanzados, es necesario analizar la transparencia algorítmica que debe sin duda considerar la ética y la auditoría algorítmica como parámetros de buen gobierno
The public administration is currently undergoing a digital transformation.
In this scenario, artificial intelligence is outlined as a tool that could change the paradigm of administrative activity. A change which, precisely due to the introduction of technological solutions, (re)poses the figure of the public employee. We assume that the current state of artificial intelligence does not appear to be mature to make a real impersonation of the public servant, but it is clear that current algorithms can collaborate with human activity. Due to the possible penetration of increasingly advanced algorithmics systems,it is necessary to analyze the algorithmic transparency that must certainly consider ethics and algorithmic auditing as parameters of good governance