Manuela Tomei, Patrick Belser
Hay millones de trabajadores domésticos en el mundo, la mayoría de los cuales carecen de protección laboral porque sirven en hogares privados sujetos a relaciones de trabajo singulares. Están desamparados frente a la explotación, los abusos y la violencia, y realizan a menudo mucho trabajo por poco salario. El Convenio sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos (núm. 189), y su Recomendación complementaria (núm. 201), adoptados en junio de 2011 por la OIT, encarnan la determinación de gobiernos y organizaciones de empleadores y de trabajadores de todo el mundo de remediar esta situación. Los autores del artículo, que participaron en los preparativos y negociaciones que alumbraron estas normas, estudian el contenido y los puntos polémicos de las mismas.