Valiéndose de una tipología novedosa, los autores analizan empíricamente cuatro tipos de trabajadores temporales y los comparan con un grupo de trabajadores fijos. En la muestra, que comprende 1.300 personas de seis países, hallan diferencias significativas en numerosas variables —como características demográficas y del puesto de trabajo, actitudes e inseguridad laboral—, pero no en la satisfacción vital y el bienestar.Es erróneo considerar que los trabajadores temporales son personas poco cualificadas incapaces de encontrar un empleo fijo; ahora bien, conviene afinar las investigaciones al respecto para perfeccionar las políticas de «flexiseguridad».