Europa occidental es la región del mundo desarrollado más favorable a los desplazamientos de trabajadores, pues la liberalización de los mismos comenzó ya con la estrategia para el mercado interior de los servicios. Ahora bien, las ampliaciones de la Unión Europea hacia el este han ahondado las desigualdades salariales entre naciones y los riesgos de dumpin social. Debido a la enérgica oposición manifestada por ciertos países, las autoridades comunitarias se vieron obligadas a mejorar la protección de estos trabajadores. El mercado interior europeo, laboratorio de la mundialización, demuestra que es necesario implantar salvaguardias como contrapartida de la liberalización de los desplazamientos.