Las autoras analizan la concepción que tienen del trabajo de cuidado los poderes públicos y la sociedad de la India. Estudian para ello dos categorías del sector de la asistencia: los empleados domésticos y las trabajadoras del sistema Anganwadi (que forman parte del Programa de Desarrollo Integral del Niño). A pesar de que son consideradas como «voluntarias» —no asalariadas—, estas últimas disfrutan de cierta posición social y de un grado de sindicación mayor que los empleados domésticos. Además, éstos han de hacer concesiones más difíciles para asegurar su subsistencia y, a la vez, satisfacer las necesidades cotidianas de sus familias. No obstante, la infravaloración económica del trabajo de cuidado es común a ambas categorías de trabajadores.