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El Gobierno de la República de Corea viene ampliando notablemente desde el año 2000 su sostén a la asistencia a los niños y las personas mayores. Aunque ello ha creado más empleos para las mujeres, ha confinado a una parte de los cuidadores a puestos de los servicios sociales que están frecuentemente mal pagados y se encuentran infravalorados por la sociedad. La autora sostiene que las políticas sociolaborales han propiciado la aparición de grandes diferencias de salarios y demás condiciones de trabajo entre los cuidadores. La situación laboral de los que atienden a la infancia ha mejorado gracias a la reglamentación y la expansión de los servicios públicos, mientras que empeoraba la de los que atienden a personas mayores, debido a la mercantilización.
