El título de este artículo expresa la necesidad de que en los órganos de dirección de las televisiones públicas se acepte cierta representación social y no sólo política, sobre todo teniendo en cuenta que esta última responde a dudosos criterios de pluralismo, haciendo de las televisiones públicas un servicio a los gobernantes de turno, más que un servicio a todos los públicos, con unas garantías mínimas de acceso y control por parte de los mismos.
Además de analizar la situación en España y las distintas Comunidades Autónomas, se hace un repaso por la composición y normas por las que se rigen algunas de las televisiones públicas en el resto de Europa, finalizando con una reflexión sobre la indispensable búsqueda de una legitimación social dentro del vasto terreno audiovisual