Para los miembros de la Escuela Austriaca, las ciencias sociales tienen como objetivo elaborar una teoría de la acción humana en condiciones de escasez, y no es difícil identificar en ellos la referencia a la teoría de los valores subjetivos del marginalismo austriaco. Desde el punto de vista de la filosofía de las ciencias sociales, dicha teoría puede ser contemplada como un intento de explicar los fenómenos y las instituciones sociales como consecuencias involuntarias de acciones humanas dotadas de un conocimiento limitado y erróneo. Por otra parte, conviene recordar que tales instituciones evolucionan como consecuencia de la interacción con los individuos con los que se relacionan. La tesis que se desarrolla en este artículo es la siguiente: para los máximos representantes de la Escuela Austriaca, el individualismo metodológico no sólo se configura como un canon explicativo y metodológico, sino que es la premisa de una filosofía de las ciencias sociales y de una filosofía política.