Martín Hopenhayn
Vivimos un tiempo —y un mundo— en que la mayor parte de los intercambios entre personas, sean de objetos o de servicios, se hacen mediante dinero. ¿De qué maneras esta particularidad histórica determina nuestro modo de ver, nuestra conexión con los objetos y las personas, nuestra visión del tiempo? A esa indagación se consagran las páginas que siguen. Pero también buscan contextualizar esa pregunta en la historia del concepto del dinero: cómo este ha sido pensado y definido, de qué manera hemos transferido al dinero nuestro poder de dotar la vida de sentido, en qué formas hemos fetichizado el dinero imprimiéndole un rango de segunda naturaleza, y cómo el dinero y su uso difundido han calado en zonas de nuestra subjetividad y sociabilidad. En este recorrido, el artículo parte de una premisa sencilla: el dinero es el único producto social que en sí mismo no es nada, pero por su racionalidad para el intercambio contiene en sí todos los bienes y servicios existentes y potenciales. Y desde esa premisa interroga sobre cómo nos afectan fenómenos propios de la actual globalización centrada en el dinero, como son el capitalismo financiero, el boom del crédito del consumo y la expansión del dinero virtual. Finalmente, el artículo concluye con algunas recomendaciones ético-prácticas para relacionarse con el dinero sin someterse a su mecánica tanto expansiva como centrípeta.