En este artículo se estudia la evolución del sistema nacional de innovación español durante el último cuarto de siglo. Para ello, se tienen en cuenta cuatro elementos: el entorno económico y productivo de la innovación, las actividades de investigación científica, el papel de las empresas innovadoras, y la política científica y tecnológica. El autor muestra que, en ese período, se ha logrado consolidar un sistema de innovación gracias al aumento de los recursos, los cambios institucionales y la creciente interacción entre las organizaciones que lo forman. Sin embargo, ello no oculta que, en comparación con el conjunto de la Unión Europea, España presenta deficiencias que es preciso corregir.