En los últimos veinticinco años el sistema español de pensiones ha sido objeto de importantes cambios normativos y operativos que se han traducido en un espectacular avance tanto en el número de pensiones, como en la cuantía de la pensión media. Al mismo tiempo, se han ido produciendo variaciones en sus fundamentos demográficos y económicos, similares a los que están teniendo lugar en los países de nuestro entorno. Todo ello obliga a la reflexión sobre un tema, como es el de garantizar unos ingresos suficientes cuando finaliza la vida activa de los trabajadores, que forma ya parte de los derechos básicos de una sociedad avanzada.