Las relaciones entre Ecuador y Perú estuvieron marcadas por el signo de la confrontación militar y diplomática, prácticamente desde el momento mismo de sus respectivas fundaciones como estados independientes. Los casi ciento setenta años que discurren entre 1830 y 1998, fueron testigos de escaramuzas armadas, guerras no declaradas y largos períodos de tensa paz; hechos que estuvieron causados en un problema de límites territoriales que permaneció sin solución durante ese lapso. Este trabajo realiza un recorrido histórico a través de los orígenes de la confrontación ecuatoriano-peruana, que tanto dificultó la integración de dos países llamados a ser económicamente complementarios; y de los hechos militares que, en distintas épocas y circunstancias, fueron determinantes para sentar las bases de la actual frontera terrestre. Forzado a firmar en 1942 el Protocolo de Río de Janeiro, tras sufrir una apabullante derrota militar el año anterior, se le impusieron a Ecuador las líneas que debían servir para demarcar la frontera con su triunfante vecino. No obstante, en el curso de los trabajos de demarcación que luego empezaron a realizarse, un importante accidente geográfico, aparentemente no descubierto hasta entonces, detuvo la tarea de fijación de los hitos fronterizos por parte de Ecuador bajo el argumento de la imposibilidad de ejecutar lo convenido por la existencia de un error sustancial. A partir de este momento, la conducción política del estado ecuatoriano ¾reiterada en sucesivos gobiernos con prescindencia de sus ideologías¾ fijó como objetivo lograr una salida soberana al río Amazonas. En ese contexto, este trabajo evidencia que, a pesar de la victoria táctica obtenida en la Guerra del Cenepa en 1995 y de la paz definitivamente alcanzada en 1998, el triunfo de las armas no se tradujo, a la postre, en una victoria estratégica, por haberse frustrado, para siempre, aquel fin político largamente defendido por el estado ecuatoriano.