La configuración de la ejecución como proceso autónomo y no como un mero apéndice del proceso principal, constituye sin duda, una de las novedades más destacables del Anteproyecto de LECrim de 2020. A tal fin, se diseña un completo marco normativo en el que se refuerza la oralidad y que tiene por como ejes principales garantizar el cumplimiento de los fines constitucionales de las penas y la participación de las partes, incluida la víctima.
Las siguientes líneas tienen por objeto un análisis sistemático de las normas relativas a la ejecución de las penas no privativas de libertad, medidas de seguridad y responsabilidad civil. Asimismo, y con el fin de ofrecer una visión integral del Libro IX, también se aborda la novedosa regulación sobre el destino de efectos intervenidos y borrado de datos.