Este artículo aborda el asunto de las primaveras árabes haciendo especial incidencia en el caso tunecino y las características de la nueva democracia constitucional instaurada tras la caída del régimen de Ben Ali.
Se trata de un neoconstitucionalismo árabe que, pese a mostrar una gran afinidad con las democracias occidentales, se diferencia de estas en lo que respecta a su carácter de democracia constitucional con referencias arabo islámicas. El análisis señala, asimismo, el compromiso cultural entre tradición y modernidad que ha producido la actual forma de democracia tunecina, así como el compromiso entre las fuerzas políticas relacionadas con estas dos orientaciones. La democracia tunecina está inmersa en un proceso de aprendizaje que, tal vez, contiene en sí mismo la capacidad de superar la inestabilidad del compromiso adquirido.