Frente a los órdenes jurisdiccionales que podríamos denominar genéricos, civil y penal, el contencioso-administrativo se muestra, con frecuencia, como menos conocido para una parte importante de los juristas. Esta circunstancia puede generar cierta desorientación en un espacio con numerosas peculiaridades, e incluso guiado por principios rectores diferenciados. Por ese motivo, resulta interesante este ágil acercamiento a la materia, que pone de manifiesto algunas de las premisas imprescindibles.