¿Cómo influye la participación de grupos insurgentes vinculados al narcotráfico sobre los procesos de paz? Este artículo tiene como objetivo resolver dicha interrogante analizando dos casos de estudio: las negociaciones del Caguán (1998-2002) y de La Habana (2012-2016). En agosto de 2016, el expresidente Santos firmó un histórico acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), poniendo término a medio siglo de conflicto. En este sentido, las ganancias provenientes del tráfico de drogas, como fuente de financiamiento, obstaculizaron el arribo a una solución negociada con el gobierno de Pastrana, tornándose un asunto crucial durante las conversaciones desarrolladas en Cuba. Los casos ya señalados se compararán con la ayuda del Triángulo de Paz como herramienta analítica, buscando mostrar los cambios en el comportamiento y actitudes de sus protagonistas sobre el vínculo fariano con el narcotráfico
How affects participation of insurgent groups in drug trafficking on peace processes? This article answers the question using two study cases: “Caguan’s Negotiations” (1998-2002) and “Havana’s Negotiations” (2012-2016). In August 2016, former President Santos signed an historic peace deal with the Revolutionary Armed Forces of Colombia (FARC), ending 52 years of conflict. In this way, the profits of drug trafficking, as source of financing, impeded a negotiated solution with Pastrana’s government, becoming a critical issue during the talks that had taken place in Cuba. Therefore, this article compares negotiations of Caguán (1998-2002) and Havana (2012- 2016), in order to help the Peace Triangle as analytical tool, seeking to show the changes in behavior and attitudes of its protagonists as a link between FARC and drug trafficking