La enfermedad de Alzheimer (EA) es una enfermedad de carácter neurodegenerativo y la principal causa de demencia en el mundo. Cada vez más hipótesis apuntan a que es una enfermedad de origen intestinal: su patogénesis se ha relacionado con el eje microbiota-intestino-cerebro, y se especula que el desequilibrio intestinal puede estar vinculado con el desarrollo de la EA. La disbiosis hace que ciertos productos microbianos (amiloides, lipopolisacáridos y neurotransmisores) puedan atravesar la barrera intestinal y la hematoencefálica (BHE) y llegar al sistema nervioso central (SNC) aumentando el riesgo de padecer EA. En definitiva, la salud del SNC depende en gran medida de la salud de la microbiota intestinal y por ello los posibles tratamientos que se investigan para la EA se centran principalmente en la modulación de la microbiota mediante el uso de probióticos, prebióticos, trasplante de microbiota fecal y ejercicio físico.