Javier María Ruiz Arévalo
La llegada de un nuevo inquilino a la Casa Blanca plantea dudas sobre cuál va a ser la política que va a seguir Estados Unidos respecto a Afganistán en el futuro. Por una parte, el análisis de las actuaciones y declaraciones del futuro presidente Biden permiten intuir que su opción no sería una retirada completa, como la acordada por su predecesor, sino mantener una pequeña fuerza antiterrorista para asegurar que Afganistán no se convierte en un santuario para el terrorismo islamista. Sin embargo, las acciones ya acometidas por Trump y lo acordado en Doha limitan en gran medida la libertad de acción de la nueva administración, dificultando un compromiso militar a largo plazo.