Javier María Ruiz Arévalo
La crisis del coronavirus ha sido un acontecimiento inesperado que tendrá un impacto global potente y duradero. En el campo de las relaciones internacionales, tendrá efectos importantes y persistentes en el sistema económico globalizado, el liderazgo internacional y la estabilidad global, en los que la pandemia ha evidenciado carencias y riesgos importantes. La magnitud de los efectos dependerá de la respuesta de los actores nacionales e internacionales, pero caben pocas dudas sobre el hecho de que nos enfrentaremos a una profundización de los procesos de desglobalización y relocalización ya en curso; a un mayor protagonismo de China en la esfera internacional, paralelo a la retirada progresiva de Estados Unidos de este escenario. Y, si la respuesta a la crisis no ataca convenientemente sus secuelas sociales, a un deterioro de la estabilidad en muchas áreas geográficas, con posibles efectos en el ámbito global.