El proceso penal actual aún arrastra muchas características del antiguo sistema inquisitivo en muchos países, de hecho, en la mayoría de ellos. Quizás una de las principales es que la instrucción siga siendo una fase central del proceso, casi una especie de extraña primera instancia. Este artículo intenta identificar esos restos del pasado y propone una reforma global para que todo el proceso en su conjunto sea definitivamente acusatorio.