El marco europeo de la década de los noventa nos asombra con dos tendencias aparentemente contradictorias: por una parte, una tendencia acelerada a la mundialización de los espacios, tanto en el sector económico como en el de las telecomunicaciones o el propiamente político ; por otra, una inesperada reanimación del nacionalismo (de estado y / o separatista). Aprovecho en este artículo la perplejidad que en la comunidad de científicos produce la actual situación para sugerir una aproximación al tema desde una perspectiva relacional de las identidades colectivas. Tanto ciertas teorías psicosociológicas acerca de las relaciones intergrupales --p. ej., la teoría de la identidad social de H. Tajfel (1981)-- como recientes aportaciones al estudio histórico de "naciones" y "nacionalismos" --P. Sahlins (1989), I. Colley (1992) o C. Ford (1993)-- legitiman una aproximación de esta naturaleza, a la vez que ilustran --a lo largo del artículo-- las posibilidades que semejante perspectiva podría tener a la hora de arrojar luz sobre la situación presente.