El punto de partida del trabajo es una definición del escándalo político como un fenómeno distinto al de la corrupción. De este modo, se define el escándalo político como una reacción de la opinión pública contra un agente político al que se considera responsable de una conducta que es percibida como un abuso de poder o una traición de la confianza social sobre la que se basa la posición de la autoridad que mentiene o puede llegar a mantener tal agente. En este sentido, el escándalo puede ser considerado como una forma de control social (un medio a través del cuál una sociedad se regula a sí misma y coordina el comportamiento de sus miembros). Ahora bien, el escándalo político no es proceso automático de control social en el que a una violación de la confianza social le siga la sanción correspondiente, sino que es un proceso abierto cuyo resultado es incierto y depende del juego de unas élites sociales que se desarrolla sobre el fondo de un contexto cultural, institucional e histórico determinado.