Mientras que las regiones polares están prácticamente despojadas de vida, las aguas que se encuentran bajo esa capa helada, o que la rodean, bullen de seres vivos. Si bien la variedad de especies es baja, dadas las dificultades de adaptación, el número de ejemplares es extraordinariamente alto. Hasta el punto de que allí tienen lugar las mayores migraciones de biomasa del planeta. Además, en sus aguas se produce tal transferencia de oxígeno que bien pueden ser consideradas como los pulmones de los océanos.