Uno de los rasgos característicos del pensamiento moderno es la configuración del individuo como libre y autónomo. Desde esta perspectiva se aborda el problema de la constitución de la sociabilidad en un contexto en el que la relación entre los individuos es problemática. La reducción del individuo libre y autónomo a la condición de ciudadano subordinado a la voluntad del Leviatán, es la solución preconizada por Hobbes. El cumplimiento por el individuo de las determinaciones de la mano invisible, deviniendo su libertad y autonomía meros aspectos formales, es la solución propuesta por Smith. Ambos prefiguran aspectos centrales de la posterior discusión acerca de la polaridad Estado-Sociedad Civil, como ejes desde los que se constituye la organización social.