Las esferas míticas y litúrgicas que sustentan las secularizadas sociedades hipermodernas son religiosas, sin ser necesariamente sobrenaturales. La presencia de esta religión civil, que incluye un modo popular de conocimiento del mundo compatible con el cientifismo predominante, es crucial. Consiste en un proceso de consagración de ciertos aspectos profanos de la vida social en rituales públicos que confieren poder o refuerzan la identidad y el orden en una colectividad socialmente heterogénea. Se describen los rasgos básicos de toda religión civil contemporánea. Se pone de manifiesto que, debido a que su trascendentalismo es mundano, la religión civil podría formar parte de la lógica situacional de la racionalidad.