La economía vasca experimentó un intenso crecimiento en el output industrial durante la década de los noventa, el cual se vio favorecido por la depreciación de la peseta entre 1992 y 1995, como queda reflejada en la tendencia hacia la expansión del superávit comercial con el exterior y del déficit con el resto del Estado Español. Las alteraciones sufridas en la especialización productiva vasca reflejan un desplazamiento hacia las actividades de elasticidad-renta superior y una proyección en el comercio intraindustrial, aunque siga manteniendo todavía una alta concentración manufacturera en ramas tradicionales o intermedias.