La sociología, hasta hace pocas décadas ausente del debate académico sobre naciones y nacionalismos, ha prestado escasa atención a la relación nacionalismo-modernidad, desatendiendo de este modo el contexto inter(-)nacional en que se ha gestado la "invención de la tradición". con ello, el sujeto nacionalista ha sido caracterizado unas veces como heredero de la lealtad incondicional a una etnia premoderna ; otras, como reacción al proceso expansivo y universalista de la razon ilustrada ; casi siempre, como encarnación de la idea de "prejuicio" manejada por la psicología social (en version modificada del uso que los enciclopedistas hicieran del termino).-- pretendo aquí plantear la conveniencia de una aproximación no psicologista al tema del nacionalismo, aproximación que, en diálogo crítico con los estudios clásicos sobre "prejuicio", situe al sujeto --descentrado y ambivalente-- en los espacios contingentes de la modernidad, y nos disuada de trazar --con la contundencia del pasado-- rígidas lineas de separación entre "nacionalistas" e "internalistas".