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Belgacem Sabri
En la mayoría de los países africanos de la Región del Mediterráneo oriental de la OMS el financiamiento de la salud está en crisis y las preocupaciones de las autoridades decisorias se centran en la movilización de recursos, la equidad de la financiación y la eficiencia del sistema de sanidad. En los países de bajos recursos, el gasto en salud es muy exiguo y las poblaciones carecen de protección contra los riesgos financieros. Dada la importancia de la economía informal, la cobertura de los mecanismos de prepago, e inclusive del seguro social de salud y del privado, es muy limitada. Por tanto, la financiación es inequitativa y en lo que concierne al acceso a una asistencia de calidad conduce a injusticias inaceptables. Los países de ingresos medianos y altos están sufriendo una inapropiada utilización de los recursos dedicados a la salud y la falta de herramientas económicas para fijar las prioridades. Como consecuencia de las reformas económicas y de las políticas de privatización, las tendencias del financiamiento de la salud muestran un traspaso de la carga de los gobiernos a las familias. Puesto que la cobertura por la vía del seguro no está bien desarrollada, en gran parte de los países se expresan inquietudes acerca de la equidad de acceso. Los cambios planeados en materia de cursos de acción o de reforma del sector de salud persiguen el propósito de abordar estos desafíos. Los enfoques adoptados se fundan en la acumulación de capacidades, el desarrollo institucional y el suministro de la pericia necesaria. Los organismos internacionales están ofreciendo apoyo técnico para establecer la agenda de reformas, gestionar los cambios planificados y controlar el impacto. Se realizan esfuerzos destinados a vigorizar las capacidades nacionales en el perfeccionamiento de las funciones contables de la salud y a promover el empleo de instrumentos económicos tales como el análisis de la relación costo-eficacia, del costo de gestión del sistema de sanidad, y la valoración de los gastos. Se dispensa particular atención a la expansión y el fortalecimiento del seguro de salud y especialmente al microseguro para las poblaciones desprotegidas. Se alienta a los países de la subregión para que utilicen mejor sus instituciones de formación e investigación y faciliten la ampliación de redes de profesionales que se ocupan del desenvolvimiento del sistema de sanidad, sostenida por organismos internacionales y bancos de desarrollo. Las dos oficinas regionales de la OMS en Africa debieran unir sus esfuerzos a fin de ayudar a que los países del continente aborden los problemas de financiamiento de la salud, en la mayoría de ellos de central importancia para el debate sobre las políticas respectivas.
