El presente trabajo ofrece soluciones a los problemas jurídicos que plantean los smart contracts, por tratarse de cláusulas contractuales autoimplementadas en un código informático que autoejecuta su contenido. Estos versan sobre su discutida naturaleza jurídica, la adhesión del consumidor 2.0 mediante Blockchain, su personalización con Ethereum, los errores de programación y la responsabilidad civil, la protección y encriptación de datos de carácter personal, y la formación y ejecución del contrato. Las dificultades que plantean los smart contracts requieren de una regulación europea, inspirada en las legislaciones existentes en algunos territorios de los Estados Unidos y Francia, así como en los estudios formulados en el ámbito de UNIDROIT y la CNUDMI.