La legitimidad del estamento aristocrático que casi monopolizaba el alto funcionariado alemán entre 1871 y 1918 se constituía en la celebración ritual de la violencia y la muerte en la guerra. Por obra del ritual, el lenguaje político del Antiguo Régimen adquiría una significación abstracta que daba sentido a la muerte del individuo. En la biografía del conde Stauffenberg, los conceptos políticos desbordan la esfera propiamente política y constituyen a la muerte como "horizonte de sentido" profundamente enraizado en la personalidad. La crisis biográfica sufrida por Stauffenberg y también por otros nobles alemanes tras la derrota en la primera guerra mundial pone de manifiesto que la legitimidad política no se encontraba entonces diferenciada en términos propiamente políticos, sino incorporada en un estamento aristocrático.